Comedores solidarios

Cando non chega nin para comer

Fai un ano que o comedor solidario "París 365" da Fundación Gizakia Herritar abreu as portas, serviron , entre Pamplona e Berriozar, 20.000 comidas e ceas. Tamén 10.000 almorzos

Artigo de: MARÍA JESÚS CASTILLEJO . PAMPLONA ( Diario de Navarra )

A LIMENTARSE , y además de forma adecuada, es un derecho humano recogido en el artículo 25 de la Declaración Universal. Y hoy la crisis lo ha puesto en peligro, incluso en Navarra. Así se ve en el Comedor Solidario "París 365" de la Fundación Gizakia Herritar, creada hace 1 año en Pamplona a iniciativa de un grupo de ciudadanos sensibilizados y que cuenta ya con otro comedor en Berriozar, haya servido 20.000 comidas y cenas y 10.

000 desayunos a 525 usuarios, el 64% hombres, el 28% mujeres y el 8% menores de edad. Empezaron dando 12 comidas y 12 cenas diarias y ahora están en 60-65. Como la sede pamplonesa de Jarauta -en el antiguo bar del mismo nombre- se quedaba pequeña (65 m2) han cambiado de local, al antiguo bar La Cepa en la calle San Lorenzo, con 120 m2 en planta baja y 80 m2 en la primera planta. Eso sí, seguirá siendo "París 365", cuentan Patxi Lasa, presidente del patronato, y Eliana Alemán, voluntaria y abogada, quienes hacen un balance "muy positivo" del año, que ha sido posible "gracias a la solidaridad de los voluntarios y la sociedad navarra".

Voluntarios y socios

Porque los dos comedores -el de Berriozar abrió hace un mes en convenio con el ayuntamiento- se sostienen con la labor de 185 voluntarios y 131 socios que aportan 22.000 euros anuales y sólo 3 trabajadores: 2 cocineros a jornada completa y otra persona a tiempo parcial para atender a usuarios y voluntarios. A ello hay que añadir 27 pequeñas empresas colaboradoras (productores, distribuidores, comercios. etc.), ya que el 80% de la materia prima (carnes, pescados, lácteos...) es donada, y 7 empresas varias.

Además, numerosas entidades han puesto su grano de arena, como Banco de Alimentos, Traperos de Emaús, Arquitectos Sin Fronteras, Colegio de Ingenieros Agrónomos, Napardi, Peña Anaitasuna, Secretariado Gitano, Hospital Virgen del Camino, colegio Catalina de Foix de Zizur, trabajadores de Salud Laboral, Aranetxea de Aranguren... y clientes con el "Tú eliges, tú decides" de CAN. El Servicio foral de Inserción (Asuntos Sociales) aportó una ayuda de 41.000 euros y la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona donó un vehículo, 30 tarjetas a usuarios y más de 10.000 euros en viajes.

Gracias a todos ellos el comedor ha salido adelante y cumplido su objetivo que, como recuerda Lasa, no es "asistencial", sino que busca "la justicia social", promoviendo solidaridad y redes comunitarias y ofreciendo, por 1 euro al día, una alimentación suficiente, sana y digna a personas necesitadas. Para acceder hay que inscribirse previamente y cumplir unos criterios, que priorizan a familias monoparentales con niños, víctimas de violencia de género, bajos o nulos ingresos...

"El 70% están en paro por la crisis", explica. A unos no les llega con el subsidio por cargas familiares, hipotecas o alquileres y a otros se le ha acabado y piden ayudas como la renta básica, "que tampoco da para mucho". Y no sólo hay inmigrantes, ya que el 28% son oriundos de Navarra.

Los dramas humanos que ven a diario son abrumadores. Inmigrantes que no salen de su habitación, desesperados por llevar meses sin trabajo; mayores de 45-50 años en paro que no saben qué será de ellos en el futuro; personas solas porque la crisis ha socavado sus relaciones familiares o de pareja; jubilados que no llegan a fin de mes; familias enteras y hasta personas que están ya al límite de la marginalidad y con riesgo de conflictividad. "Si va a costar años recuperarnos de la crisis", indica Lasa, "las autoridades deberían actuar y prevenir".

Y, a pesar de todo, hay quienes no sólo no desfallecen sino que colaboran. Junto con los cientos de donantes anónimos, tienen usuarios que hacen de voluntarios -como los que han ayudado en las reformas del nuevo local-, mayores con pensiones bajas que acuden y donan 300 euros...

Eso sí, "toda ayuda es poca". Sólo para cubrir gastos de personal e infraestructuras básicas (alquiler, luz y agua, seguros, etc.) necesitarían doblar el número de socios. Les gustaría llegar al número "mágico", 365, como los 365 días del año en los que abren los comedores, ofreciendo comida, aliento y calor humano.